Protección colectiva
Una introducción para los defensores de los derechos humanos y sus aliados
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Una introducción para los defensores de los derechos humanos y sus aliados
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La protección colectiva es una forma de abordar el análisis de riesgos y la planificación de la protección a través de la lente de una comunidad, en vez de la de un defensor individual. La protección colectiva reconoce que la seguridad de los defensores de derechos humanos está interconectada con la seguridad de aquellos en su red, ya sean familiares, amigos, colegas o vecinos. Este principio primordial es fundamental para cualquier estrategia de protección colectiva; aun así, la forma en que se desarrolla cualquier estrategia individual variará y dependerá de la misión, el perfil, el contexto y las necesidades del defensor en particular y su red.
La protección colectiva a menudo se asocia con comunidades rurales e indígenas en las Américas que buscan crear e implementar estrategias de protección adaptadas a sus complejas necesidades de seguridad. Si bien es cierto que muchos recursos y estudios sobre la protección colectiva salieron de las Américas, y de los defensores de la tierra y el agua en particular, diversas comunidades de todo el mundo utilizaron estrategias similares bajo diferentes nombres. Un tema común es que estas estrategias están diseñadas para adaptarse a las necesidades de los grupos o comunidades en ciertos momentos y en respuesta a amenazas que no son estáticas. Esto significa que las medidas de protección colectiva evolucionan de manera regular a fin de incorporar cambios en las comunidades o entornos.
Ningún modelo de protección colectiva puede aplicarse como una solución global. Pero al examinar diversos ejemplos, está claro que existen elementos comunes que se pueden utilizar para estructurar el pensamiento y la planificación en torno a la protección colectiva para cualquier grupo. Entre ellos se incluyen:
La identificación de los miembros del colectivo que contribuirán y se integrarán en los esfuerzos de protección colectiva es un primer paso fundamental. La organización de los esfuerzos de protección colectiva requiere la consulta de la comunidad y la creación de consenso para evaluar el panorama de amenazas, determinar las necesidades e identificar cómo el colectivo puede planificar su protección. La protección colectiva no será eficaz sin una clara delineación de la comunidad, grupo u organización. En un entorno rural, la comunidad puede ser evidente en función de los límites geográficos o familiares definidos; en entornos urbanos, definir el colectivo puede ser más complejo.
La protección colectiva requiere evaluar las dinámicas sociales y de poder en juego dentro del colectivo para abordar las desigualdades y los prejuicios existentes. Estas desigualdades pueden debilitar los esfuerzos de protección colectiva de adentro hacia afuera y socavar los planes de protección acordados.
Los esfuerzos de consulta intencional dentro de las comunidades son fundamentales para determinar si y cómo la discriminación basada en el género, el sexo, la edad o cualquier otro factor juega un papel en la dinámica de la comunidad. Con esta información, el colectivo puede acordar cómo crear un entorno más equitativo y luego avanzar para identificar los problemas en cuestión y abordarlos juntos. Por ejemplo, crear las condiciones para la participación igualitaria de las mujeres en el proceso puede requerir abordar la violencia en sus familias, comunidades y organizaciones y aliviar la carga del trabajo doméstico y el cuidado de los niños.
Si bien con frecuencia resulta difícil enfrentar la dinámica de poder interno y la discriminación, si los colectivos no dedican el tiempo suficiente a este paso en el proceso, los esfuerzos de protección colectiva podrían desmoronarse o los adversarios podrían explotar las divisiones internas en su beneficio.
La protección colectiva es relacional. El fortalecimiento de los lazos sociales es un componente esencial para la construcción de enfoques sostenibles. Sin relaciones sólidas basadas en la confianza mutua y los objetivos y el entendimiento comunes, el trabajo de protección colectiva carecerá de la base sólida necesaria para una implementación exitosa. Fomentar conexiones duraderas dentro de los colectivos contribuye a un mayor sentido de comunidad y unión.
Existen muchas actividades que pueden fortalecer las relaciones, y los colectivos tienen la mejor posición para determinar con qué se sentiría cómoda su comunidad. Los ejemplos incluyen el canto colectivo, los debates facilitados sobre temas difíciles, o cocinar juntos y disfrutar de comidas grupales. A menudo, los colectivos tienen actividades que fortalecen la cohesión grupal integradas en sus rutinas regulares, y el trabajo de protección colectiva puede basarse en las tradiciones existentes.
La protección colectiva va más allá de la protección de los líderes o portavoces. A las personas se les brinda protección mediante esfuerzos de protección colectiva, sin embargo, la protección individual no es el foco de las estrategias o medidas que se están desarrollando. En algunos casos, el análisis y la planificación de la seguridad individualizados pueden ser contraproducentes, ya que plantean a los defensores individuales y los riesgos de separarlos o incluso crear conflictos con su organización o comunidad. Como muy pocos defensores de los derechos humanos trabajan solos, la protección colectiva proporciona una forma de imaginar una protección sostenible que les permita permanecer anclados en sus comunidades con solidez.
El análisis debe centrarse en las amenazas colectivas que enfrenta la comunidad, el grupo o la organización a fin de determinar los esfuerzos de protección colectiva que se necesitan. Además, realizar un análisis efectivo como parte de la protección colectiva significa evaluar los orígenes de la inseguridad, no solo sus impactos.
Las diversas posibilidades para diseñar esfuerzos de protección colectiva ofrecen a los defensores de derechos humanos la flexibilidad de adoptar enfoques de protección que se adapten a sus colectivos. Las ideas para diferentes estrategias pasarán a primer plano durante las fases de consulta y análisis del proceso. A menudo, los colectivos ya utilizan muchas estrategias, y se debe construir sobre ellas, no reemplazarlas. Los casos prácticos proporcionados a continuación incluyen ejemplos de estrategias.
Al igual que con los pasos anteriores en el proceso, el desarrollo de una estrategia de protección colectiva debe ser un proceso inclusivo que reconozca las desigualdades existentes debido al sexismo, el racismo o el estatus socioeconómico con el fin de definir enfoques de protección que funcionen para toda la comunidad.
Una vez implementados, los enfoques de protección colectiva se deben supervisar y refinar con regularidad a fin de satisfacer los contextos o necesidades en evolución. Además, cuando un colectivo reconoce nuevas amenazas o actores de amenazas, es importante que revise su enfoque y determine si es necesario realizar algún cambio.
Las industrias extractivas, y los gobiernos que las apoyan, son una fuente principal de violencia y represión contra los defensores de derechos humanos en América Latina. En Guatemala, los defensores de los derechos humanos que se resisten a las actividades contaminantes de las industrias extractivas enfrentan una variedad de amenazas tanto de actores estatales como no estatales. Con el fin de crear estrategias de protección colectiva sostenibles para proteger sus tierras y comunidades, los defensores de los derechos humanos están desarrollando formas creativas de trabajo. Como parte de su enfoque, un grupo conocido como Resistencia Pacífica La Puya estableció un protocolo comunitario con criterios que guían los esfuerzos de resistencia individual y colectiva. Su trabajo a nivel local incluye la acción directa, las batallas legales, el intercambio de información y la capacitación. A nivel internacional, construyen alianzas y realizan actividades de promoción. A través de esto, ganaron protecciones y la suspensión, al menos por ahora, de las operaciones mineras.
Los principios de su protocolo comunitario incluyen:
No entablar un diálogo con las empresas que operan en su área, sino exigir que las instituciones públicas cumplan con sus funciones y apoyen a la comunidad.
Asegurar la inclusión y trabajar para reducir las desigualdades internas vinculadas a dinámicas de poder desequilibradas en su comunidad.
Desarrollar procesos colectivos donde no haya un solo líder o portavoz, de modo que todas las decisiones se tomen con el aporte de la comunidad y ninguna persona se distinga del resto.
La protección colectiva es un concepto vivo. Sus principios básicos pueden utilizarse para desarrollar enfoques de protección para comunidades, organizaciones y grupos en todo el mundo. Como los defensores de los derechos humanos a menudo realizan su trabajo en entornos complejos, con muchos aliados y adversarios diferentes, la protección colectiva ofrece una forma de trabajo que aborda las causas fundamentales de las violaciones de los derechos humanos y ofrece formas de construir entornos más justos y sostenibles.
Los principales principios y ejemplos descritos aquí ofrecen puntos de partida para aquellas organizaciones y colectivos que buscan desarrollar un enfoque de protección colectiva. En la sección de recursos, encontrará muchos más ejemplos de todo el mundo. Asimismo, la diversidad de enfoques de protección colectiva sirve para demostrar cómo cualquier colectivo puede comenzar a reflexionar y diseñar su propio plan.