Primeros auxilios psicológicos

Orientación para quienes apoyan a activistas y defensores en riesgo

En las primeras 24-72 horas después de cualquier crisis o incidente críticos, los que responden pueden tomar las medidas adecuadas que ayudarán a las personas afectadas a hacerle frente de manera más efectiva y reducir el estrés y el trauma.

Respuestas comunes a eventos traumáticos

Las reacciones traumáticas son una respuesta normal y comprensible a eventos anormales. Pero los síntomas pueden ser abrumadores; a menudo, las personas afectadas sienten que perdieron el control o se están “volviendo locas”. Las reacciones comunes incluyen:

  • Sentirse nervioso e inquieto, como atento a la ira constante.

  • Evitar la ubicación del evento traumático u otros recordatorios del mismo.

  • Recuerdos recurrentes (a menudo provocados por olores o sonidos relacionados con el evento).

  • Pensamientos intrusivos recurrentes, que a veces conducen a pesadillas.

  • Dificultad para dormir y relajarse.

  • Ansiedad, pánico, terror y sentirse inseguro.

  • Dolores de cabeza o migrañas.

  • Problemas digestivos.

  • Deseo de aislarse o temor a estar solo.

  • Arrebatos emocionales que se desencadenan con facilidad (incluso el enojo y la tristeza).

  • Sentimientos de culpa, remordimiento, pérdida y tristeza.

  • Agotamiento físico y mental.

  • Falta de concentración y mala memoria.

Muchas personas experimentarán algunas de estas respuestas después de un evento traumático; aun así, la mayoría se recuperará naturalmente con el apoyo de amigos, familiares y colegas.

Cómo brindar Primeros auxilios psicológicos

Los Primeros auxilios psicológicos (PFA, por sus siglas en inglés) son un enfoque basado en la evidencia para ayudar a las personas de cualquier edad o antecedentes a lidiar con las consecuencias inmediatas de una crisis o un incidente crítico. Puede reducir la angustia inicial, fomentar comportamientos de afrontamiento a corto y largo plazo y reducir la aparición de TEPT.

Antes de proporcionar PFA, es importante:

  • Considerar sus propios recursos y la ayuda de la que dispone.

  • Tenga en cuenta que podría desencadenarse (en especial si el problema es personal o sensible), y piense en cómo podría manejarlo.

  • Familiarícese con los conceptos de fatiga por compasión, trauma vicario y agotamiento y con las formas de mitigarlos.

Los Primeros auxilios psicológicos deben brindarse en tres etapas: observar, escuchar, relacionar:

Observar 🔎

En la primera etapa, los objetivos son establecer lo que sucedió y quién se vio afectado.

También debe asegurarse de estar al corriente de los desarrollos y conocer otras fuentes de ayuda que puedan estar disponibles.

Escuchar👂

En la siguiente etapa, los objetivos son iniciar la conversación y estabilizar a los afectados.

Deberá utilizar la escucha activa y otras habilidades de comunicación y psicoeducación apropiadas (compartir información y conocimiento).

Relacionar 🤝

En la etapa final, los objetivos son dar seguimiento y conectar a las personas con otras fuentes de ayuda.

También deberá mantener los límites apropiados y concluir el contacto.

Observar 🔎
Escuchar👂
Relacionar 🤝

¿Qué pasó?

Iniciar el contacto de una manera apropiada a nivel cultural.

Ayúdelos a acceder a la asistencia práctica (p. ej., alimentos, vestimenta, hacer una llamada telefónica).

¿Cuándo y dónde ocurrió el evento?

Explique para qué está ahí: que hará (y qué no hará).

Conéctelos directamente a servicios adicionales (p. ej., servicios médicos, legales o sociales).

¿Cuántas personas se ven afectadas y quiénes son?

Brinde las últimas novedades sobre la situación.

Permítales tomar decisiones por sí mismos y recuperar el control, protegiéndolos siempre de cualquier riesgo innecesario.

¿Necesitarán otras personas información?

Pregunte acerca de las necesidades inmediatas.

Anímelos a utilizar la ayuda que esté disponible de inmediato.

¿Quién satisface las necesidades básicas (p. ej., atención médica, alimentos, agua y refugio)?

Hable con calma, con empatía y compasión.

Facilite el acceso a las redes de apoyo primarias (p. ej., amigos, familiares y colegas).

¿Dónde y cómo pueden las personas acceder a estos servicios?

Utilice técnicas de “grounding”, o conexión con la tierra, que les ayuden a lidiar con el TEPT y la ansiedad.

Haga derivaciones al apoyo clínico, si es necesario (p. ej., asesoramiento o apoyo para traumas).

¿Qué otros peligros puede haber en el entorno local (p. ej., grupos armados, minas terrestres o infraestructura dañada)?

Proporcione información básica sobre estrategias de afrontamiento.

Aconseje sobre lo que no se debe hacer (p. ej., aislarse o consumir drogas y alcohol).

Cuidado personal después de un evento traumático

En los días y semanas posteriores a una crisis o un incidente críticos, anime a los afectados a seguir algunas pautas simples de autocuidado:

  1. Mantenga un buen ritmo de sueño: esto incluye una rutina nocturna regular y un ambiente agradable para dormir, si es posible.

  2. Coma regularmente y mantenga una dieta saludable.

  3. Camine, haga ejercicio o practique deportes de manera regular.

  4. Ocúpese de enfermedades o lesiones físicas y dese un tiempo para curarse.

  5. Practique en forma diaria ejercicios contemplativos y de autorreflexión.

  6. No consuma drogas o alcohol para lidiar con el estrés o el trauma.

  7. Mantenga relaciones con amigos, familiares, compañeros de trabajo y miembros de la comunidad que puedan apoyarle.

  8. Comprenda qué factores estresantes pueden desencadenar cambios en su salud y bienestar y aprenda a reconocer los signos y síntomas del estrés en usted mismo.

En el Protocolo de seguridad holística para defensores de derechos humanos de Open Briefing encontrará a su disposición orientaciones adicionales sobre el autocuidado y una plantilla de plan de bienestar:

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